Buena parte de las mujeres en Cali ha recibido repetidas veces comentarios para menospreciarlas o bajar su autoestima.
El 28 por ciento ha vivido situaciones de humillación y degradación. De este monto, el 83 por ciento ha recibido estos maltratos psicológicos en más de una ocasión.
Así mismo, el 25 por ciento de las mujeres caleñas ha sido manoseada, besada o tocada sin su consentimiento y el 63 por ciento de las veces, el responsable fue un desconocido.
El 22 por ciento de las caleñas manifiestan que alguna vez le han pagado salarios menos que a un hombre, a pesar de hacer la misma actividad (de ellas, el 20 por ciento tiene estudios universitarios y posgrado completos).
Al 23 por ciento de las mujeres en Cali le han jalado o pateado. Casi la mitad (44 por ciento) que ha sufrido este tipo de agresiones tiene como principal actividad, el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.
Son datos del ‘Panorama de las violencias contra las mujeres en Cali’, que elaboraron investigadores de ‘Cali Cómo Vamos’, la Universidad Icesi, el Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM) y la Fundación WWB Colombia.
El estudio analizó violencias psicológica, económica, física, sexual, intrafamiliar, vicaria (dañar a la mujer, a través de sus seres queridos, especialmente hijas e hijos) y patrimonial.
Entre los datos más alarmantes que arrojó tal iniciativa es que “las mujeres en Cali están totalmente de acuerdo con que es mejor no provocar a los hombres cuando están bravos y el 25 por ciento considera que las mujeres que siguen con su pareja después de ser golpeadas es porque les gusta”.
Expertos de estos estamentos indicaron que es tal el grado de vulnerabilidad y de baja autoestima de las víctimas que no llegan a reconocer estos maltratos o si permanecen bajo esta situación es por el miedo que sienten a sus cónyuges y compañeros sentimentales.
En muchos de los casos hay relación entre violencia física, psicológica y económica por la dependencia hacia la misma pareja.
“La violencia contra las mujeres es un componente estructural del sistema de opresión de género”, explicó el docente Marvin Mendoza, coordinador de ‘Cali Cómo Vamos’.
“El uso de la violencia es no solo uno de los medios más efectivos para controlar a las mujeres, sino también una de las expresiones más brutales y explícitas de la dominación y la subordinación”, añadió, al igual que los demás investigadores del estudio.
El documento también arroja que el 25 por ciento de las mujeres encuestadas reportaron que han sido manoseadas, tocadas o besadas sin consentimiento (de ellas, el 62 por ciento lo sufrieron varias veces). Por características de las víctimas de este tipo de violencia sexual, de cada 100, 70 pertenecían a estratos socioeconómicos 1, 2 y 3; 55 estaban solteras; 47 estaban empleadas, y 34, dedicadas a TDCNR.
Adicionalmente, en el 64 por ciento de los casos, el responsable de la violencia sexual fue un desconocido.
A su vez, a un 8 por ciento de las mujeres la han obligado a tener relaciones sexuales. La expareja fue el principal responsable (65 por ciento de los casos).
Un 9 por ciento ha sido atacada con sustancias químicas. La mayoría (67 %) por un desconocido.
Un dato para reflexionar es que “la zona rural de Cali es la que reportó mayor número de incidentes por violencia intrafamiliar en la ciudad entre los años 2019 y 2021”.
Con respecto a la violencia intrafamiliar, por comunas de Cali existe una alta concentración en la 14, la 15, la 16 y la 21, todas ubicadas en el oriente de la capital vallecaucana.
De acuerdo con los expertos de la Icesi, Cali Cómo Vamos, el OEM y la Fundación WWB Colombia, la concentración de casos en las comunas 1 y 20, sectores de estratos socioeconómicos 1 y 2, en la ladera, “corrobora que la mayoría de los usuarios de las comisarías de familia pertenecen a los estratos más bajos”.
TOMADO DE: http://www.eltiempo.com